¿Quiere tener más orgasmos? con sexo tántrico de seguro lo puedes lograr.

Orgasmos con sexo tántrico.
Por Sofía Montoya.
Esta milenaria práctica, originaria de la India, goza de gran fama en nuestros días debido a que propone numerosos ejercicios para disfrutar la sexualidad con libertad e intensidad. La finalidad de esto, sostienen los tantristas, es obtener paz psicológica y crecimiento individual para vivir en armonía con la pareja y el mundo. ¿No lo cree? ¡Descúbralo!
El tantra es una de las propuestas de autoconocimiento más peculiares que se han generado, ya que se dedica a unir y armonizar aquello que a primera vista luce irreconciliable: el placer sensual del erotismo con el éxtasis espiritual y el crecimiento interno. Sin embargo, es también una corriente de pensamiento que ha sufrido infinidad de malas interpretaciones, ya que su objetivo no es el logro de proezas sexuales o posiciones amatorias acrobáticas, tal como lo exponen algunas películas o libros, sino desarrollar el potencial del ser humano.
En efecto, el "festín sensual" que le ha valido tanta fama a esta disciplina es sólo una fracción (importante, sí) de los recursos con que cuenta el aprendiz, ya que quien sigue este camino también se compromete a mejorar su salud y alimentación, a desarrollar ejercicios de respiración y meditación en beneficio de su organismo, así como a cultivar pensamientos, emociones y acciones constructivas. El por qué de esto lo presentamos a continuación.
Amor liberal, no libertino.
Tanto la práctica del tantra como las polémicas que desencadena en su entorno son más antiguas de lo que pensamos ya que, a pesar de la dificultad que implica establecer una fecha precisa de su aparición, se han encontrado textos procedentes de la India y Pakistán que abordan estos temas desde los siglos V y IV antes de nuestra era.Esta doctrina surgió como alternativa a las arraigadas ideas de los brahamanes o sacerdotes hindúes, que sostenían que quien buscara comprender a la vida y sus misterios debería renunciar a la práctica de su sexualidad y de todo placer corporal. Los primeros tantristas, poseedores de amplios conocimientos sobre meditación y yoga (de ahí que la filosofía que nos ocupa también sea llamada tantra yoga), dieron un giro radical a estas ideas, para lo cual retomaron y organizaron varias prácticas conocidas desde antaño para hacer de los placeres del cuerpo una experiencia sublime.
El fundamento para este hecho fue encontrado en la misma mitología hindú, la cual sostiene que la pareja divina formada por Shakti y Shiva (principios femenino y masculino, respectivamente) creó al universo a través de su cópula y de una danza. Desde esta perspectiva, el origen del mundo quedó entendido como un acto amoroso y erótico que podría repetirse "en miniatura" durante la unión íntima de los amantes, quienes a través de prácticas específicas adquirirían la capacidad de utilizar su sexualidad para conectarse con una energía sutil (kundalini) que les daría conciencia sobre el sentido de su existencia.
Así, el tantra afirma que el cuerpo humano es un "templo sagrado" que merece todas las atenciones posibles, no sólo en cuanto a higiene o práctica de ejercicios que den fortaleza y elasticidad, sino que también se considera muy válido participar en un banquete, degustar un buen vino, usar fragancias delicadas o recibir revitalizante masaje; asimismo, y ya que el baile se encuentra en el origen de todo cuanto existe, sugiere que todo buen practicante cuente con carácter alegre y vivaracho y que sea capaz de sonreír con la conversación de un amigo, una melodía o al contemplar a un ser vivo.
El cómo lograr esta actitud y carácter es la parte menos difundida de la doctrina tántrica, y es precisamente en este "camino" donde se decepcionan muchos de quienes desean acceder a la "magia amorosa". El motivo principal, sin duda, es que hombres y mujeres (principalmente ellos) buscan utilizar las relaciones sexuales y el goce corporal sólo como entretenimiento, alivio a sus problemas o demostración de poderío, y no ven en ello la posibilidad de realizar un acto de amor desinteresado que rinde culto a la pareja y a sí mismo.
Un texto antiguo, el Kularnava-tantra, dice al respecto: "Beber hasta intoxicarse, comer carne y contemplar un rostro hermoso no es el camino que ha de seguirse; muchos piensan erróneamente en nombre del tantra, engañados y engañando a otros, y actúan equivocándose, apartándose de los mandatos. Si por beber se lograse la plenitud, todos los borrachos alcanzarían la perfección; si el conocimiento viniese por copular, todos los animales serían concientes".
¿Realmente es complicado?Se dice que no lo es tanto cuando, además de un buen maestro, se tiene disciplina, paciencia y el propósito de mejorar como individuo. No se debe engañar a nadie: tantra proviene de la palabra tantori, que significa "tejido" o "entramado"; a su vez, este vocablo se deriva del término sánscrito (lengua sagrada y antigua de la India) tan, que significa "extender" o "expandir". Así, lo que se busca a través de esta filosofía práctica es unir y armonizar los aspectos a menudo contradictorios que dan forma al individuo para que pueda crecer.
Algunos ejemplos nos ayudarán a explicar mejor esto. La educación sexual que se nos brinda en occidente tiene la mala costumbre de señalar al cuerpo como un tabú, de modo que el contacto físico se evita al máximo e incluso se siente incomodidad cuando alguien nos roza en la mano por accidente; no es extraño entonces que estas inhibiciones se presenten al tener relaciones íntimas y, por tanto, que el encuentro amoroso sea entendido sólo como el coito (penetración).
De inicio, el maestro propone una serie de prácticas que parecen sencillas pero que obligan a sus alumnos a enfrentar y vencer miedos arraigados que les impiden practicar el sexo tántrico. Por ejemplo, un varón debe tener la capacidad de reconocer cuáles son sus zonas erógenas y cómo le gusta ser tocado, para lo cual puede comenzar por hacer el amor... él sólo. ¡En efecto!, y lo más conveniente es que busque un lugar íntimo, donde nadie lo interrumpa, y que cuente con suficiente tiempo para que acaricie todo su cuerpo detenidamente, de distintas formas y con plena conciencia.
La instrucción también contempla las prácticas en pareja, en las que pueden surgir resistencias de todo tipo; es común que durante la realización de movimientos de gimnasia o yoga para alcanzar elasticidad alguno de los participantes se sienta un poco ridículo o que haya temor desconocido cuando las manos del amante toquen alguna zona del cuerpo de la que nos sentimos avergonzados; ni qué decir de la pena que puede representar autoestimularse, con los ojos cerrados, frente a la mujer u hombre que nos acompaña.Lo más curioso es que este milenario método coincide con algunos planteamientos de la Psicología moderna, que señala que podemos "guardar" las presiones y malos recuerdos a lo largo de nuestra existencia y que esto se manifiesta de manera simultánea en cuerpo y actitudes. Así, alguien que siente que sus responsabilidades son muy grandes tiene una posición encorvada, como si "cargara" algo pesado en la espalda, en tanto que quien es muy tímido se siente incapaz de gritar y hasta experimenta dolor frecuente en la garganta.
Todos estos problemas y otros más son vistos por el tantra como bloqueos de energía que requieren tiempo para ser superados a través de meditación y autoanálisis en el que se siguen estos puntos:Primero se requiere de buena disposición y tranquilidad, lo que se logra al recordar que no se es la única persona con problemas, y que todos hemos tenido dificultades en alguna ocasión. Acudir al origen de la resistencia, es decir, recordar el momento en que se generó el miedo y escribirlo con detalles; esto es muy importante, porque al expresarlo y "darle forma" comienza la sanación, tal como lo descubrió el Psicoanálisis.
Interpretar ese miedo y relacionarlo con pensamientos destructivos y posibles experiencias traumáticas. Por ejemplo, una mujer que se resiste a ser acariciada pudo tener educación represiva durante la infancia o haber sido golpeada, por lo que se siente insegura y evita el contacto cercano. Darse la oportunidad de sentir temor. Quizá es la parte más difícil, ya que puede generar incertidumbre, dolor y llanto en caso de traer a la mente un recuerdo desagradable; sin embargo, es necesario hacerlo para sentir una liberación de energía que permita asumir la sexualidad con plenitud, y la comprensión del mundo y de la vida sin rencor. Esto no debe dar pie a pensar que toda la instrucción implica sufrimiento, ya que buena parte del entrenamiento consiste en ejercicios relajantes y de coordinación, como los dedicados a sensibilizar olfato y gusto, en los que se perciben y adivinan olores o alimentos con los ojos cerrados; esta actividad suele prestarse al juego y la improvisación, como cuando alguien le hace una broma a su pareja y empieza a mezclar sabores para hacer más difícil la prueba.
Otro momento entretenido se da cuando los participantes imitan la disposición que existió durante el encuentro que, dicen los hindúes, dio origen al mundo. Ya que la leyenda narra que Shiva rindió honores a Shakti para que le revelara sus secretos, y que en correspondencia ella bailó frente a él, los practicantes del tantra evocan este hecho de la siguiente manera: el varón se dedicará a preparar suculento desayuno y a servirlo en la cama sólo para su pareja (él no puede acompañarla, tocarla ni recostarse), de modo que le rinde culto como a un ser sagrado, en tanto que, en otra ocasión, la mujer puede danzar desnuda frente a su amante para invitarlo a acercarse y corresponder a sus gentilezas y atenciones.

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